Chicago.- Los adultos mayores que viven en barrios racialmente segregados y con altas tasas de criminalidad tienen más probabilidades de desarrollar cáncer que aquellos con antecedentes de salud e ingresos similares que viven en vecindarios más seguros.
De acuerdo a una investigación que se publicará en enero próximo en la revista American Journal of Public Health, existe un 31 por ciento más de probabilidades de desarrollar cáncer para hombres mayores que viven en este tipo de barrios.
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Mientras que el índice de posibilidades para el caso de las mujeres es 25 por ciento mayor, reveló el estudio coordinado por Vicki Freedman, epidemióloga del Instituto de Investigación Social de la Universidad de Michigan y especialistas de la Universidad de Medicina y Odontología de New Jersey.
Indicó que la vida en las áreas más segregadas y con tasas de crimen más altas está vinculada con un mayor riesgo de desarrollar varios tipos cánceres.
El análisis documenta la conexión entre las características del barrio y las condiciones de salud crónicas.
Halló también que la vida en vecindarios de bajos ingresos incrementa en un 20 por ciento las probabilidades de que las mujeres mayores desarrollen problemas cardiacos, aunque no encontró un impacto en la salud cardiaca de los hombres.
Para ello los investigadores se basaron, en parte, en una muestra representativa nacional de más de 20 mil personas en Estados Unidos mayores de 50 años de edad, con la que llegaron a la conclusión de que el barrio puede influir en el desarrollo de enfermedades crónicas.
Destacan que en estudios anteriores sobre el cáncer y el ambiente se ha enfatizado en factores del estilo de vida como el tabaquismo, la dieta, el ejercicio, y la exposición a agentes que causan la enfermedad, más que a los aspectos sociales y económicos del entorno.
"Aunque el vínculo entre la segregación racial y la salud se cita a menudo como una causa fundamental de las desigualdades en salud y mortalidad entre blancos y negros, la explicación más común de esa relación es que la segregación influye en la privación socioeconómica y los logros socioeconómicos individuales", expone Freedman.
"Pero encontramos que la segregación y el crimen aumentan las probabilidades de desarrollar cáncer aún después que hicimos ajustes por los recursos socioeconómicos tanto al nivel individual como del vecindario", agrega el estudio financiado por el Instituto Nacional sobre el Envejecimiento.
Los investigadores examinaron, asimismo, los niveles de exposición a la contaminación en el aire y otros tóxicos ambientales, pero encontraron que las tasas de crimen y los niveles de segregación racial pronostican independientemente el inicio del cáncer.
"La similitud notable en el tamaño y la intensidad de esta relación, tanto para hombres como para mujeres, es muy sorprendente dadas las diferencias en los tipos de cáncer que desarrolla cada género", precisa la especialista en las conclusiones del estudio.
"Esto indica que puede estar involucrado un mecanismo biológico no específico, posiblemente una respuesta de estrés que interrumpe la capacidad del cuerpo para combatir el desarrollo de células cancerosas", subrayó Freedman.
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