Luigi Bobbio, el jefe comunal de Castellammare di Stabia, un pueblo turístico ubicado en la Bahía de Nápoles, parece tener las cosas claras respecto a estos estándares: "Nada que revele más de la cuenta".
Bobbio cree que las nuevas disposiciones, que serán sometidas a votación este lunes, ayudarán a "restaurar el decoro urbano y facilitarán una mejor coexistencia civil".
Los transgresores podrían enfrentar multas de entre US$35 y US$700.
"Decisión correcta"
Según el corresponsal de la BBC en Italia, Duncan Kennedy, la nueva reglamentación introducirá un código más riguroso para la vestimenta, proscribiendo de hecho las minifaldas, jeans recortados y otras prendas que se utilizan en Castellammare di Stabia.Es la decisión correcta. Es también una manera de combatir el aumento del acoso sexualPaulo Cacere, párroco de Castellammare di Stabia
Bobbio, militante del partido de centro-derecha Pueblo de la Libertad, dice que intenta atacar "el mal comportamiento, las transgresiones a los reglamentos y a la gente pendenciera".
De aprobarse la propuesta, quedará prohibido tomar el sol y jugar fútbol en lugares públicos. También será punible la blasfemia.
"Es la decisión correcta", le dijo el párroco local Paulo Cecere al periódico Cronache di Napoli. "Es también una manera de combatir el aumento del acoso sexual".
Castellammara di Stabia es la ciudad más reciente en hacer uso de los nuevos poderes extraordinarios que les entregó a los gobernadores la gestión de primer ministro Silvio Berlusconi, con el objetivo de combatir la delincuencia y enfrentar el comportamiento antisocial.
En otros lugares de Italia se han prohibido los castillos de arena, besarse en los automóviles, alimentar gatos vagabundos, los suecos de madera y el uso de podadoras eléctricas los fines de semana.
Intentos infructuosos
América Latina no ha estado a la zaga en cuanto a este tipo de iniciativas, sólo que éstas, para bien o para mal, no han tenido éxito.Recientemente en Chile, en la ciudad de Coquimbo, a 470 kilómetros de Santiago, se dio a conocer un instructivo para los empleados públicos que anulaba el derecho de hombres y mujeres a usar ropa informal en el trabajo los viernes, durante la primavera y el verano.
A las mujeres se les prohibió las camisetas sin tirantes (strapless), las minifaldas y los shorts. La iniciativa fracasó apenas vio la luz por causa de las críticas generalizadas.
En Brasil, Geisy Arruda fue expulsada de la universidad privada donde estudiaba turismo por asistir a clases en minifalda.
El caso tuvo tantas repercusiones que el gobierno debió tomar cartas en el asunto y la universidad se vio obligada a readmitir a Arruda, en momentos en que la alumna había recibido ofertas de otras casas de estudios y hasta la revista Playboy quería fotografiarla para sus páginas.
Luego la joven lanzó una colección de ropa inspirada en la minifalda de la discordia.
¿Multa? ¡No! Capital del beso
Pero el caso más resonante de una marcha atrás fue el del municipio de Guanajuato, en México, que decidió sancionar a toda pareja que se besara en público con una multa de US$100 o 36 horas de detención.Frente al aluvión de críticas, y a pesar de que el alcalde Eduardo Romero Hick aclaró que sólo se sancionarían los "manoseos en las plazas públicas", la medida no sólo fue retirada sino que, además, el jefe comunal convirtió a la ciudad en "la capital del beso de México".
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