Desarrollan el primer riñón artificial implantable

Un grupo de científicos de la Universidad de California en San Francisco (UCSF), presentó el primer prototipo de un riñón artificial que podría ser implantado en un ser humano en un futuro cercano.


En la construcción del riñón artificial (actualmente del tamaño de una mochila) se utilizaron diversos sistemas microelectromecánicos especialmente diseñados por el grupo de científicos, entre los que se cuentan ingenieros, biólogos y médicos de diversos países del mundo. Todo este grupo ha sido liderado por Shuvo Roy del Departamento de Ingeniería y Ciencias Terapéuticas de la UCSF.

A diario son miles las personas que deben realizarse un procedimiento conocido como diálisis, con el objetivo de extraer las toxinas que el riñón no es capaz de eliminar de manera natural. Este procedimiento significa pasar varias horas -durante varios días de la semana- conectado a una máquina que posee una serie de membranas semipermeables que hacen las veces de filtro, de manera de “limpiar” la sangre reemplazando el trabajo que deben realizar nuestros riñones.

Este procedimiento en ningún caso permite curar al paciente, por lo que la única alternativa disponible actualmente para lograr la independencia del paciente es el trasplante de un riñón compatible, el que debe ser extraído de otra persona (donación de órganos).

Pero incluso una vez que una persona logra ser trasplantada, deben someterse de por vida a tratamientos con inmunodepresores que buscan evitar el rechazo del organismo donado, lo que eleva el costo total del tratamiento.

Es por estas razones que los científicos llevan años intentando desarrollar una tecnología que permita reducir el tamaño de las máquinas de diálisis, con el objeto de que los pacientes puedan desplazarse mientras reciben el tratamiento o incluso, llevar una vida casi normal.

De ahí la importancia del trabajo realizado por el grupo de científicos liderados por Roy, quienes ya han probado con éxito una versión de mayor tamaño de su riñón artificial. Según sus creadores el dispositivo final contará con varios miles de filtros microscópicos y un birreactor capaz de imitar a la perfección las funciones relacionadas con el balance metabólico del agua (trabajo llevado a cabo por nuestros riñones).

La idea de Roy es que en la medida que las pruebas con este primer riñón transportable sean exitosas, se pueda avanzar en el desarrollo de un dispositivo que sirva de reemplazo a los actuales trasplantes de riñón, para lo cual esperan poder incorporar una tecnología similar a la que actualmente se utiliza en la fabricación de los chips de silicio. De esta manera se podrían crear unos compartimientos especiales que albergarán células renales vivas.

Gracias al uso de la nanotecnología se podría lograr reducir el tamaño de este dispositivo al tamaño de una taza de café, por lo cual podría ser perfectamente implantado al interior del cuerpo del paciente.

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