Santo DomingoSiempre que se estrena un nuevo filme dominicano es visto con la esperanza de encontrarnos con una producción digna. “La soga” no escapa a ese escrutinio, pero el filme escrito por Manny Pérez es la mejor noticia cinematográfica de un año en que los filmes de factura local no han tenido presencia, más allá del documental musical “Sol Caribe”, de Félix Limardo.
El artista de cine nacido en Baitoa, Santiago, dijo a este diario que tiene la intención de poner a República Dominicana en el mapa de Hollywood y ha empezado con una película con la estética y la producción al estilo de la Meca del Cine.
La historia de Luisito (Pérez), el asesino que trabaja para la policía, llega en un momento en el que este sórdido oficio de los sicarios es tema de primera plana en los diarios del país.
Y aunque no es la primera vez que se usa en el cine, no solo internacional, ya que en “El sistema”, de Humberto Espinal, el personaje principal era un antiguo “hit man” que intentaba huir de su violento pasado, sí es primera vez que el cine dominicano lo aborda con los recursos que lo hace en esta cinta.
Nos enfrentamos con un thriller lleno de violencia, que funciona porque, contrario a otras producciones de cine realizadas en el país, cuenta con un buen guión.
Y porque tiene una historia que contar y lo hace a base de imágenes alegóricas, un uso expresivo de la fotografía y de edición, sin entretenerse en sketchs cómicos, ni en números musicales infuncionales dentro de la trama.
EN BUSCA DE UN LENGUAJE
Alegoría. Desde el principio de “La soga” vemos la analogía entre la matanza de los cerdos y el asesinato de las personas.
Sonido. Las actuaciones son correctas y verosímiles y el sonido de las voces y el uso de los vocablos fue concebido para que sea efectiva dentro y fuera del país.
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