Pongamos que se llama María, aunque el nombre es lo de menos y está protegido en este drama descubierto en Cnacún. Porque la de María es la historia de una niña de 13 años a la que su madre obligaba a prostituirse como castigo por haber suspendido el curso en el colegio.
Ella misma se lo ha contado a la policía cuando la tarde de este lunes la ha sacado, al menos de momento, de ese infierno. Los agentes la encontraron justo cuando tenía que prestar sus servicios a un hombre adulto, depués de que una llamada anónima les alertara sobre un caso de explotación sexual en una de las zonas de prostitución de la ciudad caribeña.
La declaración de María ha desvelado que "su mamá la puso a trabajar por no haber aprovechado el curso escolar", contaba este martes el procurador de Cancún, Francisco Alor Quesada, en declaraciones recogidas por Efe. Su 'delito': había suspendido el quinto curso de primaria.
Además, la niña ha relatado que su madre era víctima de las palizas de su padrastro y que ella también se dedica a la prostitución. Ha dicho, además, que su incursión en el mercado del sexo se remonta a un mes atrás, aunque las autoridades creen "que lleva más tiempo, por el grado de comportamiento y afectación".
Hasta el momento, se ha procedido a la detención de cuatro mujeres y de un hombre de 37 años que les habría pagado a ellas un encuentro sexual con la menor, cuya madre está prófuga de la justicia.
La policía investiga también si los hermanos de la niña, un varón de 7 años y una niña de 11, han sufrido algún tipo de abuso o explotación sexual.
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