En la República Dominicana se debatió en el 1976 la relación que hay entre el consumo de pollos con incidencia de ser gays

La alarma provocada en Bolivia por las declaraciones del presidente de esa nación, Evo Morales, en torno a que el consumo de pollos de granja podría inducir a la homosexualidad y la calvicie, fue tema de debates en República Dominicana hace 34 años, cuando el diputado reformista por Santiago, Andrés Mendoza Pepín, hizo una advertencia similar.

El 13 de septiembre de 1976 el diputado Mendoza Pepín dijo en el hemiciclo que el uso de hormonas femeninas en la alimentación de los pollos estaba provocando un aumento de la homosexualidad entre los hombres.

Esta declaración provocó un revuelo de tal magnitud que el consumo de pollo se cayó de manera estrepitosa, amenazando con la quiebra de la industria avícola.

El debate sobre el tema llegó a niveles que motivó que el entonces líder del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), profesor Juan Bosch, dirigiera un discurso a la nación para referirse al tema.

“La historia nos enseña que hace tres mil años la homosexualidad cundía en Grecia, y en esa época no se criaban pollos ni se engordaban…” dijo Bosch.

Advirtió no creer en esa mentira. “Cómanse su pollo y su huevo con toda confianza mientras no se los pongan por las nubes, porque si se los encarecen les harán daño de verdad; el daño que se les hace siempre a los pobres, que es explotarlos sin misericordia. Cómanse su pollo y su huevo sin miedo”, dijo Bosch al país a través de una cadena de radio.

A pesar de la polémica desatada, el legislador reformista insistió y un mes después sometió un proyecto de ley a la Cámara de Diputados para prohibir el uso de hormonas femeninas en las granjas de pollos.

La polémica y la poca demanda de carne de pollo redujo la producción de las granjas de 7 millones de libras mensuales a sólo un 1 millón 400 mil libras.

Cuando Mendoza Pepín presentó el proyecto, el también diputado reformista Juan Esteban Olivero Féliz lo rechazó y argumentó: “este proyecto debe morir inmediatamente por estar causando graves problemas económicos”.

Los funcionarios agropecuarios usaron los medios de comunicación para evitar la quiebra del sector avícola. También algunos periódicos editorializaron a favor del consumo de carne de pollo.

La polémica terminó el 20 de octubre de 1976 cuando la Cámara de Diputados rechazó por abrumadora mayoría el proyecto de Mendoza Pepín, y para las navidades de ese año el consumo se había incrementado en un 60%.

En la actualidad el país produce 135 millones al año de unidades de pollo, mientras el consumo por persona es de 88 libras.

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