Táctica para conseguir lo que quieres

Al inicio de un seminario donde enseñaba estrategias de negociación, le dije al público: “Levanten la mano aquellos que disfrutan de sentirse inferior a otros”.Hubo silencio mientras la gente miraba perpleja a su alrededor. Obviamente, ¡nadie levantó la mano! Uno de los deseos más grandes del ser humano es sentirse admirado. A todos nos fascina cuando nos echan flores y nos hacen sentir importantes.
Por esta razón, la mayoría de las personas se sienten más CÓMODAS cuando están en medio de gente más inexperta que ellos, pues esto les da un aire de superioridad.
En cambio, cuando están rodeadas de individuos más capacitados, sienten nerviosismo ya que eso provoca un sentimiento de inferioridad.
Es por eso que ser prepotente y hacer alarde de nuestras capacidades, conocimientos y habilidades es un “pecado capital”.
Nunca hagas sentir a otro que eres más inteligente que él porque en vez de conseguir su respeto y admiración, te ganas su enemistad y fomentas envidia.
Mostrarte poderoso, superior y más dotado ¡cae como patada en el estómago! Aquellos que se desviven por demostrar superioridad generalmente no tienen muchos amigos y la gente habla de ellos a sus espaldas.
Para conseguir lo que quieras, bien sea de tu jefe, tu pareja, un compañero de trabajo, o hasta tu mamá, la mejor estrategia es hacerlos sentir importantes. Esta táctica se vuelve más efectiva cuando lo haces con sinceridad, humildad y respeto hacia los demás. Jamás humilles la capacidad intelectual de nadie.
Un refrán oriental dice: “si quieres cazar al lobo, disfrázate de oveja”. Para manejar a cualquiera como más te convenga, haz que se sienta más intelectual que tú, ¡aunque no lo sea! Y en ocasiones, si es necesario, ¡sonríe y hazte el inocente!
Grábate lo siguiente: si deseas que alguien te pise, hazlo sentir inferior, si deseas tenerlo a tus pies, hazlo sentir importante.
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