EE.UU. amenazó otra vez con atacar a Irán si cierra la ruta del petróleo mundial

Un destructor enviado por el Reino Unido al estrecho de Ormuz en medio de las tensiones por el anuncio de Irán de cerrar este paso marítimo estratégico. / EFEPor: Elespectador.com   Las fuerzas armadas de la República Islámica tienen la capacidad de bloquear el canal en un corto periodo de tiempo.
Un destructor enviado por el Reino Unido al estrecho de Ormuz en medio de las tensiones por el anuncio de Irán de cerrar este paso marítimo estratégico. / EFEHoy, mientras el ayatolá Alí Jamenei, máximo líder de Irán, prometía vengar el reciente asesinato del científico nuclear Mostafa Ahmadi Roshan, que según el Gobierno iraní fue fabricado por los servicios secretos de Estados Unidos e Israel, las aguas del estrecho de Ormuz seguían agitándose con la artillería que el país persa y los norteamericanos alistan en espera del momento en que las amenazas entre una y otra nación terminen en enfrentamientos armados.

El Gobierno de Barack Obama, mediante un canal de comunicación secreto, advirtió nuevamente a Jamenei que de cumplir sus amenazas de cerrar el estrecho de Ormuz -ruta estratégica que conecta el Golfo Pérsico con el Golfo de Omán y por donde pasan diariamente 16 millones de barriles de petróleo-, estaría cruzando la “línea roja” y provocaría una contundente respuesta del ejército norteamericano en su contra. Esta amenaza es una más entre las muchas que van y vienen entre Irán y EE.UU. desde que estallara el escándalo sobre los supuestos fines bélicos del programa nuclear del país asiático, pero a la retórica desafiante se viene sumando un considerable despliegue estratégico y militar: además de la Quinta Flota de la marina estadounidense, encargada de garantizar la seguridad en el Golfo Pérsico, los norteamericanos han enviado recientemente dos portaaviones más a la misma zona.

Aunque oficiales y analistas iraníes han dicho que las amenazas de su Gobierno de cerrar el estrecho son sólo incitaciones encaminadas a generar pánico financiero y elevar el precio del petróleo; y que efectuar tal cierre sería un suicidio para el país islámico, pues por ahí también pasan la mayoría de sus exportaciones petroleras, así como los alimentos y productos de importación, lo cierto es que, a pesar de esto, los persas están en capacidad de efectuar el bloqueo marítimo.

Durante las últimas dos décadas Irán ha estado invirtiendo en minas marinas, flotas de armamento pesado y misiles de crucero antibuque que permanecen escondidos en las mil millas de costa que Irán tiene en el Golfo Pérsico. La artillería iraní suma dos ejércitos: uno consistente en grandes embarcaciones de la era del sha, supremo líder del país derrocado en la revolución de 1979, y otro de los Guardianes de la Revolución, encargado principalmente de las operaciones en el Golfo y que utiliza tácticas de guerrilla y embarcaciones ligeras para ataques rápidos. Los guardias revolucionarios han acumulado unas dos mil minas navales, “que pueden tener un efecto disuasivo para las fuerzas enemigas” según un reporte de la oficina de Inteligencia Naval estadounidense, donde además se señala que el estrecho de Ormuz es un angosto cuello de botella que puede ser minado en un corto periodo de tiempo.

La respuesta militar de EE.UU. en caso de que Irán decida cerrar Ormuz estaría encaminada, en principio, sólo a reabrir el estrecho, según anunció el general Martin E. Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto del ejército norteamericano. La acción militar usaría dragaminas, embarcaciones de guerra y posibles ataques aéreos. Michael Connell, director del programa de estudios iraníes del Centro Naval de Análisis ha indicado al New York Times que en el momento en que las fuerzas norteamericanas empiecen a dragar las minas, los iraníes podrían enviar misiles antibuque desde sus costas, islas y plataformas petroleras, y asimismo rodear las embarcaciones estadounidenses con botes ligeros. Ante esto, EE.UU. podría atacar desde el aire los lugares donde se lanzan los misiles, pero no sería esa una tarea fácil, dado que muchas plataformas de lanzamiento ubicadas sobre la costa son móviles y otras tantas están camufladas.

De iniciarse un enfrentamiento, ambos ejércitos tendrían que maniobrar en un área que tiene menos de 35 millas de ancho, lo que limita el rango de acción de los buques de guerra. “Sería como una pelea de cuchillos en una cabina telefónica”, afirmó un oficial estadounidense que se mantiene el anonimato.

En definitiva, una sangrienta batalla que, aunque detonada por el programa atómico iraní, estaría más bien enmarcada en la lucha por el petróleo.

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